jueves, 24 de diciembre de 2009

EN TIEMPOS DE NAVIDAD


Cabana, en julio, recibe a miles de visitantes



En estos días, Cabana, está cambiando. Ya no veo a muchos alumnos dirigirse a sus escuelas. El fin de año está por culminar.

Noto entusiasmo por la llegada de la Navidad. Hay preparativos en las casas de mis vecinos. A los niños los veo llevar plantitas silvestres recogidas del campo para construir sus "Nacimientos". Pero ya no son iguales a los de mis tiempos: enormes, con muchos animalitos, con flores de piedra, huagores, achullapas, shayapes, siemprevivas, champas en abundancia , pajillas y una serie de adornos y juguetitos elaborados por los carpinteros de Cabana.

En estos tiempos La Navidad en Cabana ha cambiado mucho. Comerciantes vivazos de los cuatro barrios se aprovechan de los "caprichos de los niños" para exigirle a sus padres un regalo. Y no cualquier regalo sino uno costoso. Y el comerciante que se presta para esto. Les interesa ganar aunque el padre se endite o se quede más pobre de lo que es.

En mis tiempo dejaba una "carta" en mis zapatos pidiéndole al Niño Manuelito nos remita un regalo. Y lo cumplía. En otras, nos dejaba con las ganas de tener ese regalo que habíamos visto en la Casa Cano o en don Naucapoma.

A pesar de eso éramos felices. Lo que nos había mandado el Niño Dios lo lucíamos en la esquina del barrio o en la Glorieta de la Plaza.

Pocas ocasiones hubo en que los Alcaldes nos regalaban juguetes, bizcochos, caramelos de limón y otras prendas. Ahora, por conveniencias políticas, para decir que el alcalde apoyo a la niñez, a los ancianos y a las madres, se reparten regalos como si estuviésemos en la Carrera de Frutas, en Julio. Padres desesperados, se anotan en las listas que manipulan el alcalde y sus regidores. Diversión y compra de conciencias se aprecia en esta Navidad. Pobres autoridades.

El verdadero fin de la Navidad cae por los suelos. Amor, caridad, ayuda, comunión familiar son normas que se han apartado de los habitantes de mi pueblo.

Ahora es solo gasto. Y gasta el que más tiene. La propina que reciben los serenazgos, más de 30, seguro que no les alcanza. Y a la gente de la chacra peor.

Ellos están a la espera de que el alcalde les dé todo. Y él complaciente por interés político simula atender su reclamo. En la próxima votación tendrá el voto seguro o ya no reclamarán que se realice el Cabildo. ¡Vivote, el alcalde y sus regidores!

Pero esto no ha de durar siempre. Por eso le decimos a nuestros hermanos cabanistas. Estudien, prepárense, no se dejen manipular por la autoridades que más tarde les abandonarán. Abran un pequeño taller de costura, de zapatería, hagan sus semitas, como lo hacía la Tía Eladia. Cultiven sus huertos, siembren verduras o en todo caso críen sus gallinas o sus cuyes y de eso vivan dignamente. No esperen al "Papá Martín" o al "Tío Augusto" para tener plata. A ellos ya se les acaba la "vaca lechera".

Si sigo así, no sé a quién más le caerá su QUIÑICOMBO. Pero debo advertirles que uno de estos es para los comerciantes avarientos y angurrientos que juegan con la Navidad del Niño.

Les deseo de buen corazón una Feliz Navidad. Nos encontramos esta Noche en la Iglesia para ver a los Viejitos y Pastores.


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